domingo, 16 de febrero de 2014

La (re)generación perdida

A pocos nos pilló de sorpresa la designación de Elena Valenciano para encabezar la candidatura del PSOE a las Elecciones al Parlamento Europeo. Ni tampoco que Rubalcaba plantease ese proceso electoral en clave plebiscitaria de cara a unas futuras Elecciones Generales. Y no nos sorprendió, no porque hayamos perdido la capacidad de sorpresa, sino porque los dirigentes del partido son muy dados a perder oportunidades para acometer la regeneración que la sociedad y amplios sectores de la estructura de la organización viene reclamando.


Ya se sabe lo que hacen, y sobretodo lo que no hacen, cuando tienen oportunidad de hacerlo. Por eso es necesaria una nueva generación al frente del partido, con la posibilidad de ejercitar su derecho a equivocarse. Y ello es así, o de lo contrario muchos volveremos a cuestionarnos regalar un voto a "lo malo conocido" por no poder dárselo a "lo malo por conocer".

Se habla mucho, y con razón, de la generación perdida que va a dejar esta maldita crisis, pero no son conscientes de todas las que llevamos maltrechas nosotros dentro del partido desde la Transición. Quizá generaciones que no hubieran consentido un partido y una sociedad desencantados con la política, con un estado de apatía nunca antes visto.

Es hora de los cambios necesarios para recuperar las riendas de una sociedad más empobrecida y más injusta que cuando cayó en manos de la derecha. Y ello sólo se puede conseguir dando una oportunidad a esa generación presa entre las barbas del felipismo, y dejarse de caras que, por ser de sobra conocidas, lastran al partido y aburren al electorado y arrojan resultados contraproducentes.