miércoles, 22 de noviembre de 2017

Tinta y vino


Aún recuerdo el olor a humedad de la librería de viejo de la Plaza Mayor de Villaverde, a la que mi madre nos llevaba a la salida del colegio para intercambiar tomos con viñetas de personajes de Ibáñez o Vázquez Gallego. Aunque predominaban las de Mortadelo y Filemón, también estaban Anacleto y Pepe Gotera y Otilio. Y así pasábamos las tardes, sobre todo de otoño e invierno, cuando la lluvia, que entonces sí caía en Madrid, nos invitaba a devorar página tras página.

Ese fue mi primer acercamiento al cómic. Y estaré eternamente agradecido a mi madre, porque sin esas paradas en aquella añeja librería no habría disfrutado como lo hice del libro de Étienne Davodeau, 'Los ignorantes'.

El cómic de este autor francés es un concepto totalmente innovador: un dibujante de cómic (el propio Davodeau) intercambia sus conocimientos sobre el dibujo y la edición de libros con un viticultor (Richard Leroy), y éste sus conocimientos de producción del vino en sus viñedos de Montbenault con el autor de cómics.

miércoles, 9 de agosto de 2017

Viaje de ida


Normalmente, las personas que ven próximo su final atraviesan un proceso de asimilación, en el que toman conciencia de su destino. Los protagonistas de este libro van a tener que realizar ese procedimiento de manera acelerada, porque saben que les espera la muerte estrellados contra un château francés antes de que amanezca. Tienen bastante trabajo por delante.

El desarrollo de esta historia se articula a través de tres personajes presentes en el coche destinado a estrellarse: Henri, Chantal y su padre, que se nos presenta como un conductor anónimo. Y serán los pensamientos de este último, plasmados a través de un incesante monólogo sin réplicas los que sirvan de hilo conductor del relato. También se menciona a otra persona, Honorine, que planea por todo el libro, pero que no aparece nunca.

La acción discurre durante una madrugada, entre châteaus, por una carretera del sur de Francia. Como ya se ha adelantado, y se indica desde el principio del libro, el coche y sus tres ocupantes van a sufrir un accidente por expreso deseo del anónimo conductor, que así consumará de una nada sutil venganza contra Chantal, con quien mantiene una extraña relación rayana entre lo paterno-filial y lo erótico.

lunes, 15 de mayo de 2017

Inadaptados


En los últimos años, cuando alguien escuchaba el término "novela escandinava" rápidamente le venía a la mente la trilogía 'Millenium' del sueco Stieg Larsson. Y con razón, pues recibió un gran espaldarazo por parte de los medios de comunicación tanto de nuestro país como en otros de nuestro entorno. Sin embargo, al mismo tiempo se estaban escribiendo cosas muy buenas en los países del norte, y que pasaron desapercibidas para el gran público. 'Elling. Hermanos de sangre', de Ingvar Ambjornsen es un claro ejemplo.

A primera vista, dos jóvenes amigos con problemas de higiene, tutelados por un funcionario del ayuntamiento de Oslo en una vivienda municipal, a los que cuesta relacionarse con todo aquello que se encuentra más allá de la puerta de entrada de su hogar, no parecen los personajes más atractivos (en todas las acepciones del término) para protagonizar ningún relato. Pero en muchas ocasiones nos quedamos con esa idea (equivocada) por no avanzar un paso más allá y asomarnos un poco.

domingo, 26 de marzo de 2017

Sangre y sudor en el desierto


Quien más quien menos, en alguna ocasión, se ha dado una cabezada después de comer con John Wayne matando indios al otro lado de la pantalla del televisor, y quien lo niegue es porque no tenía el infernal aparato en casa. Pero resulta que hay gente que visiona películas de vaqueros, e incluso lee novelas de ese género como afición. Para uno, que prefiere otras cosas que llevarse a los ojos, esto parecía imposible hasta que leí 'Un tronar de tambores', de James Warner Bellah.

Distribuido en un prólogo y varios relatos de caballería, el libro se presenta en una cuidada edición de tapas duras y tamaño bastante manejable, lo cual se agradece en los transportes públicos en los que nos desplazamos el común de los mortales. El prólogo, muy interesante, corre a cargo de Alfredo Lara López, que pone de relieve la importancia del libro de Warner Bellah, al haber inspirado la trilogía sobre la caballería americana de John Ford. También destaca el trasfondo racista y misógino de la obra, que no son sino manifestaciones del carácter del propio autor.

En cuanto a los relatos, el cuarto, que es el que da título al libro, es el más consistente. Cuenta la historia de amor existente entre sus protagonistas, pero la misma es digerible al encontrarse dentro de otra historia más amplia y con más matices. El relato permite al lector lego disfrutar la verdadera esencia de la caballería y de su lucha con los indios y todas las tribus que los conformaban.