miércoles, 9 de agosto de 2017

Viaje de ida


Normalmente, las personas que ven próximo su final atraviesan un proceso de asimilación, en el que toman conciencia de su destino. Los protagonistas de este libro van a tener que realizar ese procedimiento de manera acelerada, porque saben que les espera la muerte estrellados contra un château francés antes de que amanezca. Tienen bastante trabajo por delante.

El desarrollo de esta historia se articula a través de tres personajes presentes en el coche destinado a estrellarse: Henri, Chantal y su padre, que se nos presenta como un conductor anónimo. Y serán los pensamientos de este último, plasmados a través de un incesante monólogo sin réplicas los que sirvan de hilo conductor del relato. También se menciona a otra persona, Honorine, que planea por todo el libro, pero que no aparece nunca.

La acción discurre durante una madrugada, entre châteaus, por una carretera del sur de Francia. Como ya se ha adelantado, y se indica desde el principio del libro, el coche y sus tres ocupantes van a sufrir un accidente por expreso deseo del anónimo conductor, que así consumará de una nada sutil venganza contra Chantal, con quien mantiene una extraña relación rayana entre lo paterno-filial y lo erótico.