Una de las reglas básicas del erotismo es enseñar menos de lo que hay. Se trata, en definitiva, de insinuar, no de mostrar todas las cartas que se poseen. Lo contrario es pornografía. Y de pornográfico puede calificarse lo que el director de 'La cara oculta', Andrés Baiz hizo en el momento de la promoción de la película. Quien haga el ejercicio de buscar el trailer del film y verlo posteriormente comprobará que se ha hecho un verdadero estropicio desde el punto de vista promocional. El hecho principal de la historia, que comienza a detallarse a la mital del film, en el trailer queda suficientemente esclarecido con la cantidad de pinceladas que ofrece en tan poco tiempo. Pero haciendo otra lectura, es muy probable que de no contar con ese adelanto, la inmensa mayoría de personas se aburrirían durante la primera mitad.
Por otra parte, se le intenta dar un halo de misterio muy poco conseguido, con una casa en mitad del campo sobre la que caen todos los rayos de todas las tormentas de la campiña colombiana y un policía mafioso encarnado por uno de los jinetes del bodrio "Pasión de Gavilanes" (¿veis la poca seriedad de la que hablo?), lo que hacen de esta película una de las películas más surrealistas que he visto en los últimos tiempos. Quizá Clara Lago salve la parte dedicada al elenco (ni siquiera Quim Gutiérrez se salva), pero desde un punto de vista general la película es deficiente.
Por último, quiero aprovechar esta bitácora para decir que estoy harto de los finales abiertos. Como espectador que se pone a ver una película un domingo por la tarde, habiendo dedicado todo el fin de semana a la molicie, quiero que me lo den todo mascadito y no me hagan preguntarme "qué podría haber pensado si...". Reivindico finales cerrados, con todos sus cabos atados y todos los misterios resueltos.
En definitiva, entretiene y nada más. Y eso no es bueno. En este caso no lo es.
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