jueves, 22 de febrero de 2024

Relatos para sobrevivir al gran apagón

“Es septiembre -a pesar de haber dejado la escuela hace décadas, el calendario escolar sigue ejerciendo una poderosa influencia sobre ella- y se siente deseosa de empezar cosas nuevas. Es la estación de la abundancia; los manzanos están cargados de fruta, la hierba salvaje que queda junto a la autopista está crecida. La brisa mueve los árboles. Todo emana profundidad, es el último esplendor del verano. Dentro de un par de horas, por la tarde, una tormenta lo barrerá todo, limpiando el aire”.

Una playa repleta de niños adultos un fin de semana de finales de junio, un bonito y cuidado hotel de playa, una tormenta amenazante que, de repente, cambia de dirección y nos deja seguir disfrutando de algo tan básico como estar al aire libre, pero que un año y unos meses atrás recordábamos con añoranza desde nuestras ventanas a las 8 de la tarde. También un autobús en el que no cabía ni un alfiler y en el que, por tanto, era imposible guardar la conocida distancia de seguridad.

En estos escenarios, que ahora han venido a mi memoria, me acompañó el libro de relatos de A. M. Homes Días temibles. Y lo recuerdo, precisamente por las excepcionales (y pandémicas) circunstancias en que fue leído. Porque siempre me acompaña un libro en el transporte público o en la playa, pero espero que nunca, nunca más, tenga que volver a leerlo con la cara cubierta y las gafas empañadas.

Días temibles, editado en España por Anagrama, es un libro compuesto por doce relatos de distinta extensión, que mantienen una autonomía propia y una calidad indiscutibles.

Dentro del conjunto de relatos, destacan por derecho propio 'Días de ira', que contiene el diálogo mantenido entre sus protagonistas del que se extrae el título del libro; 'Muestra nacional de pájaros', escrito en un interesante formato de chat; 'La última vez que lo pasó bien', que recrea el viaje solitario de un hombre adulto a Disneyland en busca de algo que perdió hace muchos años, y que no era necesariamente material; 'Un premio para cada jugador', donde una serie de casualidades desembocan en una candidatura al cargo político más poderoso de la tierra y 'Ella se escapó' (una suerte de continuación de 'Hola a todos') donde la A. M. Homes más cruda nos plantea un encuentro frontal con la soledad, sin abandonar ni el surrealismo ni el humor ácido.

Pero, como decía, 'Días de ira' se merece la importancia que tiene dentro del libro, y es que la primera vez que, al igual que en este relato, me vi sumergido de lleno en el ambiente universitario de un campus estadounidense fue en el libro de Chad Harbach El arte de la defensa con el orden en sus despachos, clases y bibliotecas, con el olor a césped recién cortado de los jardines y el campo de beisbol. Pues el relato que da nombre al libro de A. M. Homes me ha teletransportado nuevamente hasta allí por los personajes, el ambiente, los escenarios, la época del año en que se ambienta, pero también por los dilemas éticos a los que se ven sometidos sus protagonistas. Se trata, en definitiva, de un relato que justifica, por sí mismo, la lectura del libro.

Y apuntaba antes, también, al humor ácido y sangrante y las situaciones surrealistas o, directamente fantásticas, que son seña de identidad de la autora, siendo elementos que impregnan todos los relatos que componen el libro como una lluvia fina, que moja pero que no incomoda.

Días temibles es un libro que difícilmente va a defraudar, y en el inusual caso de que lo hiciese al menos habremos aprendido cómo actuar para sobrevivir al gran apagón.