miércoles, 24 de diciembre de 2014

Cambios


Las personas perciben la Navidad y el comienzo de un nuevo año como una época de cambio y de buenos propósitos. Y, precisamente, de cambios habla el libro que hoy traemos hasta aquí (aunque no de buenos propósitos). 

'La Metamorfosis' de Franz Kafka es una de las obras maestras de la Literatura Universal, e incluso el estilo tan personal de su autor ha sido merecedor de un nombre propio dentro de las corrientes literarias del siglo XX. Incluso todos sabemos cuando alguna situación es 'kafkiana' o no lo es. En este caso Kafka relata la historia de la transformación del marchante Gregor Samsa en una horrible criatura, que es repudiada por todos los que le conocían y apreciaban con su anterior aspecto.

Imaginemos por un momento que una mañana nos levantamos de la cama para ir a trabajar, y con la confusión de los primeros momentos tras haber abierto los ojos, percibimos que nuestro cuerpo está sufriendo una mutación. Que donde antes había piernas ahora hay una finas patas como la de los insectos, que a lo largo y ancho de todo nuestro cuerpo han comenzado a salir escamas y membranas, que sobre nuestra cabeza han aparecido dos antenas, y que en nuestra forma habitual de trasladarnos de un sitio a otro hemos comenzado a reptar cuando antes andábamos sobre nuestras firmes piernas. Se trataría de una situación desasosegante, y esa es la sensación que desprende el libro de principio a fin.


Volvamos a imaginar por un momento que en la situación de transformación radical de persona a animal nuestros familiares y amigos ya no quieren saber nada de nosotros, y nos han relegado a la oscuridad de nuestra habitación, que nos pasan la comida por debajo de la puerta o abriendo la misma furtivamente para evitar todo contacto con nosotros. Que aunque ellos no nos entiendan (porque obviamente hemos perdido la capacidad de hablar como un humano), nosotros si podemos escuchar cómo están trabando planes para deshacerse de nosotros, y cómo una manzana lanzada con furia a nuestra espalda por nuestra madre va a ser la generadora de una infección en nuestra piel escamada que durará meses. Al anterior desasosiego se suma una situación estresante.

En el libro, juega un papel fundamental la actitud que la familia Samsa va adoptando respecto al problema que tienen en forma de criatura anfibia en la habitación que se encuentra junto al salón. Pasan por varios estados que, en un primer momento, alcanza desde la incredulidad, a la indiferencia posteriormente, y el asco y el desprecio que experimentan al final de la narración. Su hermana, que es la única que da alguna muestra de humanidad al principio, finalmente acaba cayendo en la espiral urdida por su madre, y acaba por despreciar al ser que hasta hace unos meses tenía forma humana y era su hermano.

En esencia, 'La Metamorfosis' no deja de ser una crítica hacia todos aquellos que desprecian al diferente sólo por el mero hecho de serlo, sin atender a más razones. Y dentro de su crítica, a aquellos que practican la hipocresía con esas personas que no son cómo dicta la recta moral.

Nos encontramos, pues, ante un libro muy recomendable, que es o debería ser por todos conocido, para poder ponernos en las carnes de aquellos que sufren el desprecio por pensar diferente, por vestir diferente o por tener un color de piel diferente. Además, en la publicación de la Editorial Mestas, que es la que utilicé, aparecen los relatos cortos de 'La condena' y 'El fogonero', que sirvieron como embrión de 'La Metamorfosis', y que tampoco dejarán indiferente.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Castillo de Montalbán, iglesia de Nuestra Señora de Melque y Cárcavas de Castrejón (Toledo)

A una hora y media de Madrid se encuentran dos de los monumentos más representativos de la Edad Media en nuestro país: el castillo de Montalbán y la iglesia de Nuestra Señora de Melque. Ambos se encuentran en el término municipal de San Martín de Montalbán, aunque se tenga la creencia errónea de que pertenecen a La Puebla de Montalbán, pueblo más famoso que el anterior, pero que, desafortunadamente para él, no ostenta ese honor.


La visita fue organizada por José Antonio, un compañero de trabajo que tiene casa en la zona, y por su mujer, que nos introdujo hasta el último recoveco de ambos lugares. Y es de agradecer, pues Carmen, que es como se llama ella, se ha criado en ambos sitios y, por ello, nos pudo contar multitud de anécdotas sobre el devenir de ambos monumentos.

martes, 22 de julio de 2014

Vida y obra (dibujada) del dublinés universal


Cuando éramos pequeños, todos hemos leído historietas de 'Mortadelo y Filemón', de 'Pepe Gotera y Otilio', de 'Anacleto, Agente Secreto', pero cuando vamos creciendo vamos dejando de lado los cómics para centrarnos en otro tipo de lecturas o, por el contrario, desechar la lectura para siempre. Y con ello cometemos un gran error, porque actualmente se están haciendo cosas realmente buenas a nivel europeo y español en el campo del cómic. Un ejemplo del primer grupo es el francés Étienne Davodeau, del que pronto traeremos por aquí su magnífico 'Los ignorantes'. Y en nuestro país, uno de los máximos exponentes es Alfonso Zapico, quién hace pocos años nos sorprendió con su precioso 'Dublinés', del que hablaremos hoy.

En una edición muy cuidada, la editorial Astiberri nos trae la biografía de James Joyce, pero como nunca la habíamos leído, o mejor dicho, visto. Con un epílogo de Eduardo Madina, muy nombrado estos días por haber optado a la Secretaría General del PSOE, el libro nos cuenta la vida del autor de 'Ulises' desde su nacimiento hasta sus últimos días.


Acostumbrados, como decíamos, a esas historietas breves de nuestra infancia, sorprende encontrarse con una novela gráfica, que a través de sus personajes inanimados en blanco y negro, desprenda tanta sensibilidad y nos llegue incluso a emocionar, sobretodo cuando trata los episodios más desgraciados de la vida de Joyce. Pues, y esa es una de las principales características del escritor, aunque se trate de una persona que hoy difícilmente entraría en los cánones de amabilidad y afabilidad, se nos presenta como un personaje carismático y entrañable al que no siempre acompañó la suerte.

Especialmente interesantes son las recreaciones que Alfonso Zapico hace de las ciudades de Italia y Francia (y su Dublín natal, por supuesto) en las que recayó Joyce en su particular odisea, así como los encuentros y conversaciones que mantuvo con otros autores y autoras contemporáneos.


Pese a su volumen (tal grosor de papel es necesario para soportar tanta tinta) el libro me duró tres mañanas de playa, lo que indica que se lee con una facilidad pasmosa. 

En definitiva, una manera muy interesante y, sobretodo, diferente de acercarse a la figura y a la obra de uno de los autores más importantes del siglo XX. Y todo gracias al buen hacer del dibujante Alfonso Zapico.

sábado, 12 de julio de 2014

13-J: abstención crítica


Mañana me abstendré en la votación para elegir al Secretario General del Partido Socialista. Y a continuación van mis razones. Prometo ser breve. Al menos tan breve como han sido las propuestas de los candidatos durante la campaña electoral, aunque eso sí, con menos vaguedades y bastantes menos ambages que la que han demostrado ellos.

Tras las elecciones al Parlamento Europeo del pasado 25 de mayo se abrió una nueva etapa en la política española. No es que los resultados finales difirieran mucho de lo que viene siendo habitual desde la instauración de la democracia, pues el Partido Socialista y el Partido Popular fueron, nuevamente, los partidos más votados. Aunque, y eso si es novedoso, se demostró de una manera patente el hartazgo de la ciudadanía con los dos partidos mayoritarios y, por primera vez, la suma de los votos de los no alcanzó el 50%.

Por ello, era necesario dar un revulsivo contundente a la situación. En el PP siguen instalados en la complacencia como si no hubiera pasado nada, y prefieren echar balones fuera hacia los partidos que sí han empezado a contar con el favor de la ciudadanía a través de los votos (principalmente, los partidos minoritarios y, entre ellos, PODEMOS). Sin embargo, el PSOE sí pareció captar, en un primer momento, el mensaje emanado de las urnas y, previa renuncia de Alfredo Pérez Rubalcaba, se inició un proceso para la elección del nuevo Secretario General del partido, el cual culminará mañana día 13 de julio con la consulta a toda la militancia sobre los tres candidatos que han recogido los avales necesarios para presentarse: Pedro Sánchez, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias.

Y he ahí el primer problema: los candidatos. 

No son, intentando ser suaves, lo que se espera si lo que se pretende es abrir un proceso de regeneración en el partido. No podemos comulgar con ruedas de molino viendo cómo una persona, Eduardo Madina, que votó a favor de la Reforma Laboral promulgada por el PSOE en 2010, que votó el 'decretazo' de rebaja salarial a los funcionarios, que se ha demostrado tibio en el posicionamiento del partido en el debate sobre Monarquía o República ahora se nos presenta como la panacea a todos los males que aquejan el partido. ¿Qué nos garantiza que no va a repetir sus actuaciones si alcanza la Secretaría General y, en su caso, la presidencia del gobierno? Viene impregnado del aura del último gobierno de Zapatero y de la última época de Rubalcaba. No puedo comprar su discurso.

Por su lado, Pedro Sánchez en las últimas semanas ha recibido elogios de lo peor de la prensa conservadora, de Esperanza Aguirre, de miembros del Partido Popular, etc. Se ha mostrado muy tibio con el establecimiento del copago sanitario (sólo lo ha propuesto para los que más ingresos reciben, pero ya sabemos que en este maldito país la excepción se convierte siempre en regla para los más débiles). Parece que es el más maleable y pese a que le gusta decir que no fue empujado, sino que empujó (hacia la Secretaria General), lo cierto es que no se posicionó firmemente para que los militantes pudieran ser consultados a tal fin. Y además trae la mácula del aparato (como si Madina no hubiese formado parte de él). En definitiva, la viva imagen del gatopardismo aplicada al partido y a la política española; es decir, cambiar todo (por una cara amable) para que nada cambie.

Y en último lugar, José Antonio Pérez Tapias, una persona más curtida y sólida intelectual e ideológicamente, pero que en las actuales circunstancias no es lo que necesita el partido. Estoy seguro de que hay personas mucho más jóvenes que él, igual de bien formadas, con unas ideas tan sólidas y bien estructuradas, capaces de regenerar el partido desde dentro, que no se han atrevido a dar el paso por los estrictos requisitos para la adquisición de avales.

Y ahí se encuentra el segundo problema: los avales.

La dificultad (y casi imposibilidad) para conseguir los avales ha propiciado que únicamente figuren en la terna tres candidatos que, en el mejor de los casos, no son válidos para la regeneración que necesita el partido y, en el peor, rozan la mediocridad absoluta. Y seguramente en el camino se han quedado candidatos a los que habría aprobado sin ninguna duda, porque habrían tenido capacidad de generar ilusión, no tendrían la mancha del aparato rondándoles la espalda y no tendrían cuentas pendientes con ningún territorio. Pero la política exclusiva, de salón, de unos pocos, hace que en vez de poder elegir entre más candidatos solamente tengamos tres, con todas sus carencias y, en mi opinión, pocas virtudes.

Y el tercer problema: el procedimiento.

El domingo 13 de julio se celebran dos votaciones simultáneas: para la consulta sobre la elección del Secretario General y para la elección de delegados de cada agrupación a los 'congresillos' territoriales, que a su vez elegirán a los delegados que comparecerán en el Congreso Federal de finales del mes de julio. Es decir, el sistema, en mi opinión, no garantiza que lo que salga en la urna del Secretario General pueda acabar igual en el Congreso de finales de julio. Sería un escándalo que los delegados electos en cada agrupación votaran en contra de lo elegido por los afiliados, pero los Estatutos, en estos momentos, no garantizan que esa situación no se pueda producir. Es cierto que para ello habría que modificar los Estatutos en el Congreso Extraordinario, pero no parece que eso vaya a figurar en el orden del día y, por tanto, si el experimento sale mal todo quedará igual (gatopardismo, ¿recordáis?)

Mañana me abstendré porque no creo en el procedimiento ni en los candidatos. Porque no creo que personas que han estado votando a lo largo de los años determinadas cosas muy dañinas para la sociedad española no vayan a hacerlo a partir de ahora (si en 2010 existía la razón de estado, ¿por qué no ahora?). Porque no creo que sean las personas adecuadas para la regeneración del partido (ni ellos, ni las ejecutivas que puedan resultar tras su elección). Porque creo que con procedimientos anquilosados en el siglo XIX, los nuevos partidos y las nuevas formas de hacer política nos están adelantando por la derecha, y que siempre vamos diez pasos por detrás de la reacción necesaria a esta situación tan crítica.

A partir de mañana comienza la última oportunidad que la ciudadanía concede al partido. En la mano del nuevo Secretario General está el poder seguir siendo un partido con opciones de gobernar y cambiar la sociedad desde un prisma socialista y de izquierdas o pasar a ser un partido residual como el PASOK griego y esperar a que nos pase el SYRIZA español por la izquierda a toda velocidad. Desde luego soy muy pesimista, pero sólo quedan unos meses para salir de la duda. De la última duda.

jueves, 19 de junio de 2014

Día 3: Jávea

Tras pasar la última mañana aprovechando los rayos de sol de la primavera en una de las magníficas playas de Dénia, por la tarde nos acercamos a Jávea, un pueblo costero con una gran riqueza monumental y paisajística.


Un buen punto de inicio para comenzar la visita a Jávea es la Playa del Arenal, escoltada a un lado por el Parador Nacional de Turismo y a otro por unas formaciones rocosas, a las cuales se accede por una gruta de piedra que permite cruzar al otro lado. Una vez aquí, podemos contemplar unas maravillosas vistas de la playa al atardecer y del faro del Cabo de San Antonio, en el que ya estuvimos el día anterior.







En el paseo por la playa podremos comer o cenar en alguno de los numerosos restaurantes que se encuentran en el paseo. O quizá tomar una copa en cualquiera de las terrazas de la playa o un helado en alguna de las numerosas heladerías que ahora proliferan en las zonas de playa.

Pero no podemos dejar la Playa del Arenal sin visitar la zona trasera del Parador de Turismo. Unas rocas horadadas por el agua desde las que obtendremos otra perspectiva de la playa en la que antes nos encontrábamos. Merece la pena permanecer un rato viendo cómo rompen las olas contra las rocas y cómo los pescadores faenan intentando recoger los peces rezagados a última hora de la tarde.



Antes de marcharnos visitamos el casco histórico de Jávea. Se encontraba en plenas fiestas patronales y, quizá por ello, tenía un brillo especial. Balcones repletos de flores bajo una luz taimada y cruces hechas de flores nos acompañaron a lo largo de todo el recorrido por la zona. Las calles porticadas nos conducen al centro neurálgico del municipio, la plaza de la Iglesia, que alberga la Iglesia de San Bartolomé, que con su aspecto fortificado y la espléndida portada gótica constituyen la pieza arquitectónica más importante del pueblo.






No podemos abandonar el pueblo sin visitar el Mercado Antiguo o pasear entre los palacios de los que está trufado el casco histórico (por ejemplo el que alberga el Museo Histórico y Etnográfico Municipal), ni tampoco sin degustar el marisco que se sirve en los muchos bares y restaurantes situados en torno a la plaza de la Iglesia.




De vuelta, por el Parque Natural del Montgó, la brisa nocturna del mar Mediterráneo nos despedía de esta preciosa zona de la Comunidad Valenciana, en la que, como pudimos comprobar, no todo está perdido.

martes, 27 de mayo de 2014

¿Es nuestro partido federal?

Hace un par de semanas, yendo en el metro de camino al trabajo, apareció ante mí un artículo de Fernando Rodero, Coordinador de la corriente Izquierda Socialista en Castilla y León, publicado en el número 5 de la revista 'Argumentos Socialistas', que en esta ocasión está dedicado de manera monográfica al federalismo.

Me pareció tan acertado y tan sintomático de los males que aquejan a nuestro partido, que rápidamente me decidí a pedir permiso al autor y al editor de la publicación para poder reproducirlo íntegramente. Por su interés (y aunque sea un poco largo para el tipo de publicaciones que aparecen en el blog) os recomiendo su lectura. Además, se hace recomendable su lectura por otra razón. Y es que después de las Elecciones al Parlamento Europeo del pasado domingo, y debido al resultado obtenido por el PSOE en las mismas, se abre una etapa en la que se ha de reflexionar bastante sobre el futuro del partido, y quizá fuera un buen comienzo tener en cuenta este artículo:

"¿Nuestro partido es federal?"

"Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes, sino con favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por su trabajo, y que las leyes no te protegen contra ellos, sino, por el contrario, son ellos que están protegidos contra tí; cuando descubras que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio, entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada".

(Ayn Rand 1905-1985. Alissa Zinovievna Rosembaum)


LA DESIGUALDAD
El pensamiento de Ayn Rand es hoy de plena actualidad en nuestro mundo y en nuestro país. El sector financiero, casi absolutamente desregulado, produce cuantas cifras engañosas sean necesarias para apuntalar un mundo repleto de burbujas, deudas impagables, rescates draconianos y siempre con enormes beneficios para una muy reducida clase del sector bancario a costa del empobrecimiento mayoritario y la merma de derechos sociales generalizada.

El tsunami de la desigualdad parece no encontrar dique alguno que se le resista. A escala planetaria, el 1% de la población dispone del 50% de la riqueza mundial mientras que el 99% de los seres humanos solo disponen del 50% de la riqueza restante. Las 20 personas más ricas de España poseen la misma riqueza que los 9 millones de españoles más pobres. Cada vez son más los avisos que se lanzan sobre el avance de la pobreza en España. Si el INE ha estimado la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social de 2012 en el 26,8%, un reciente estudio de Intermón Oxfam considera que, si continúan las actuales políticas de ajuste, ocho millones de españoles en 2025 serán pobres, y la cifra alcanzaría los 20 millones (el 42% de la población española).

Las cabezas pensantes, las cabezas realmente gobernantes, abogan una y otra vez, crisis tras crisis, por el sacrosanto crecimiento infinito como el bálsamo de fierabrás para un mundo que sin embargo tiene unos recursos finitos. Esta absoluta contradicción conlleva una progresión casi aritmética del crecimiento poblacional, que en los últimos 100 años se multiplica por 5, superando los ocho mil millones de personas, mientras que en los 100 años anteriores pasó de 980 millones en el año 1800, a 1.650 millones de personas en el año 1.900. También, como todos conocemos -exceptuando la prima de Rajoy-, el cambio climático asociado al aumento del CO2 atmosférico y sus ya terribles consecuencias medioambientales, nos pergeñan un futuro no muy halagüeño, y en todo caso de muy difícil gestión.

"Los lugares más oscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en época de crisis moral".

(Dante Alighieri)

lunes, 14 de abril de 2014

Día 2: Cala Granadellas, Mirador de la Creu de Portixol, Cabo de San Antonio, Paraje de Les Rotes y La Marina de Dènia


El segundo día subestimamos las aguas del mar Mediterráneo en el mes de mayo. Nos desplazamos hasta la Cala Granadellas, atravesando el Parque Natural del Montgó y dejando atrás la ciudad costera de Jávea. Se trata de una cala de difícil acceso, pero merece la pena encontrarla. En un punto intermedio de la carretera que discurre por la costa entre Jávea y Moraira comienza un descenso pronunciado entre pinares de intenso olor, el cual termina en una pequeña explanada de tierra con cuatro casas a un lado y una pared de piedra al otro. El espectáculo que divisaremos mientras dejamos el coche atrás y avanzamos hacia la playa es único en toda la zona de Levante.



Una pequeña playa de cantos rodados, con aguas cristalinas (y en este caso no es una forma de hablar), rodeada de vegetación por donde se mire y un pequeño restaurante que, presumimos, sirve el pescado fresco del que le abastecen las barcas que hay atracadas en el diminuto muelle sobre el agua.

No deberíamos irnos sin pasear por los dos miradores, que nos darán una vista completa de la bahía, y sin sentarnos unos minutos (¿y por qué no unas horas?) a escuchar cómo el agua se introduce debajo de las piedras y las arrastra hacia dentro formando un ligero y delicioso traqueteo que nos tendrá entretenidos el tiempo que pasemos mirando la línea que separa el cielo y el mar. Eso sí, si decidimos bañarnos que sea en Verano o tendremos que asumir el riesgo de coger una hipotermia.



Volviendo sobre nuestros pasos por el mismo camino es necesario detenerse unos minutos en el Mirador de la Creu de Portixol. Desde allí, en una especie de promontorio con una cruz de piedra, se divisa el islote de Portixol y la inmensidad del mar Mediterráneo a nuestros pies. Un intenso olor a pino nos acompañará durante el tiempo que permanezcamos en el mirador.



Siguiendo hacia Dènia y una vez que hemos atravesado Jávea debemos ir con cuidado para no pasarnos el desvío que parte hacia el Cabo de San Antonio, donde dejaremos aparcado el coche junto al faro, a cuyos pies se encuentra un mirador que nos ofrece unas espectaculares vistas de la bahía y del pueblo de Jávea, que bien merecen un rato de espera antes de la deseada y merecida comida.



Aunque también puede optarse por comer en alguna de las arrocerías que se encuentran a lo largo del Paraje de 'Les Rotes', mientras vemos el agua rebotar en estas formaciones de piedra erosionada por siglos y siglos de oleajes.




Por la tarde nos acercamos a una de las zonas más animadas de Dènia: La Marina. Rodeada de un lujo impostado de yates en venta, discotecas de moda con figuras de Buda hechas en plástico de primerísima calidad y restaurantes con ínfulas de modernidad rancia, La Marina constituye un espacio donde la 'jet-set' local puede ahogar sus frustaciones de no poder aspirar a una mayor ostentación fuera de los límites de la localidad. Pese a ello, ofrece un agradable paseo hasta la bocana del puerto y unas espectaculares imágenes del atardecer.








lunes, 31 de marzo de 2014

Día 1: El casco histórico de Dènia.

Por todos es conocida la podredumbre política y social en que se encuentra inmersa la práctica totalidad de la Comunidad Valenciana, y cómo ello ha afectado a la oferta turística de dicho territorio, basada fundamentalmente en sol, playa, paellas, sangría y discotecas.

Afortunadamente todavía queda algún reducto merecedor de una visita pausada, lejos del gentío de 'benidormes' y 'gandías'. Esa es la zona de Dènia y la Marina Alta, la cual se encuentra alejada de los estándares del hormigón que se hicieron fuertes allá por la década de los sesenta y las discotecas abiertas hasta el amanecer que hacen las delicias de los decantadores de alcohol barato en cantidades ingentes.

Por el contrario, Dènia guarda la esencia del pueblo marinero que no ha dejado nunca de ser, pero sin por ello dar la espalda a elementos modernizadores.


Destaca un casco histórico muy cuidado y muy bien conservado, dominado en todo momento por el castillo musulmán, que posteriormente fue ampliado por los cristianos. Actualmente, alberga el Museo Arqueológico de Dènia. Es recomendable visitarlo temprano, pues existe el riesgo de encontrárselo cerrado, tal y como nos pasó a nosotros.

Con las mismas, hubimos de volver al pueblo y comenzamos la visita por la Plaza del Ayuntamiento, porticado y en dos alturas, en pleno barrio medieval de Les Roques. 



Al otro lado de la plaza vigila la vida del pueblo la Iglesia de la Asunción, con maneras de catedral, y con la característica cúpula de cerámica azul de esta zona del Mediterráneo. El interés reviste cierto interés, y bien merece una visita si nos la encontramos abierta.




Desde ahí podemos dirigirnos, nos encontremos o no en la hora del aperitivo, a la calle de Loreto, plagada de bares, tabernas y restaurantes, y donde uno de ellos presume de ofrecer 120 ginebras y 17 tónicas. Y continuaremos por el Callejón de la Morería, una estrecha calle con balcones típicos ornamentados.




Si el atracón de gambas rojas de Dènia y el coma etílico de gin-tonics nos lo permiten, todavía podremos pararnos en alguna de las numerosas heladerías de la calle del Marqués de Campo, donde ya podemos notar la cercanía del mar y del salitre por una razón: las bocinas de los ferrys del puerto no dejarán de acompañarnos mientras estemos por la zona.



Frente al puerto de ferrys podemos encontrar una zona dedicada a restaurante bastante variados (arrocerías, pizzerías, parrillas, brasseries, etc.) cuyos aromas nos acompañarán durante nuestro paseo de vuelta por la Playa de las Marinas, y desde donde divisaremos las primeras luces nocturnas de la capital valenciana.