martes, 23 de febrero de 2010

Escalera hacia el cielo

Por qué las mejores baladas siempre han sido interpretadas por grupos heavies es algo que se me escapa a día de hoy. Por eso, y mientras la Ciencia trabaja en ello seguiré disfrutando de una de las mejores canciones de Led Zepellin: Stairway to Heaven.

Para próximas entregas prometo algo más elaborado, pero me apetecía compartir esta inquietud, si es que puede llamarse así.

Vía Valiant Humanes



"And as we wind on down the road
Our shadows taller than our soul
There walks a lady we all know
Who shines white light and wants to show
How everything still turns to gold"

martes, 16 de febrero de 2010

¿Enhorabuena a los premiados?

Ha de ser bastante frustrante para un director como Daniel Monzón que tras la noche en que Celda 211 se coronó como la gran triunfadora de los Premios Goya 2010, la portada de los periódicos del día siguiente sólo recojan la imagen de Penélope Cruz y Javier Bardem (en una chusca fotografía sacada de una televisión encendida en el momento en que salía la pareja de actores) sentados en la primera fila del patio de butacas. Aunque en la versión final de la portada de El País la fotografía haya sido para Pedro Almodóvar, la situación no cambia un ápice.
Podría decirse que el reconocimiento que importa a un director se lo otorga la Academia del Cine español, más allá de la repercusión mediática que tenga al día siguiente en los medios de comunicación, pero lo que de verdad queda claro (una vez más) en este país de pandereta es que el morbo de ver a Bardem y a Cruz en su primera aparición pública desde que se confirmó su noviazgo vende bastante más que el éxito de un equipo técnico comandado por un buen director, y que ha sido capaz de realizar una buena película.

Sin embargo, y en otro orden de cosas, si con algo me quedo de la gala de ayer, además de con la dirección de Andreu Buenafuente y de la realización siempre impecable de El Terrat, es con el discurso del Presidente de la Academia del Cine Español, Álex de la Iglesia. Una persona que se ha ganado mis simpatías desde que he escuchado el discurso íntegro, aunque ya tuviera algunas de antemano. Lo que sigue es un fragmento de su acertado discurso, y cuya transcripción tomo prestada a Ignacio Escolar:

«Tenemos que ser humildes, estar agradecidos y pedir perdón por haber fallado muchas veces. Nunca reconocemos nuestros errores. Nos miramos al ombligo, nos encanta nuestro ombligo. Tenemos pósters de nuestro ombligo en casa, cuadros de ombligos llenando nuestras paredes. Creemos que somos artistas, genios alternativos, creadores. Antes de todo eso, somos trabajadores. Nos pagan por hacer un trabajo, y hay que hacerlo bien. Este año ha sido uno de los mejores, pero el siguiente tiene que ser todavía mejor. Los primeros que tenemos que arrimar el hombro somos nosotros. Yo ruedo mañana, así que no me quedo a los canapés.»



En una palabra: sublime.