viernes, 8 de enero de 2010

El Arzobispo de Granada justifica el abuso de mujeres abortistas


"Matar a un niño indefenso, ¡y que lo haga su propia madre! Eso le da a los varones la licencia absoluta, sin límites, de abusar del cuerpo de la mujer, porque la tragedia se la traga ella…"

"Se promulga una ley que pone a miles de profesionales (médicos, enfermeras,…) -sobre todo, a ellos- en situaciones muy similares a las que tuvieron que afrontar los médicos o los soldados bajo el régimen de Hitler o de Stalin, o en cualquiera de las dictaduras que existieron en el siglo XX y que realmente establecieron la legalidad de otros crímenes, menos repugnantes que el del aborto. Porque es de cobardes matar al débil".


Quien escribe estas palabras no es ningún fanático telepredicador de madrugada de alguna televisión local alojada en algún polígono de la periferia de una gran ciudad. Quien compara el ejercicio de un derecho como el aborto (con todo el dolor que conlleva pasar por esa experiencia) con los crímenes nazis, diciendo que estos últimos eran menos atroces que aquéllos (¿en base a qué?) no es otro que el Arzobispo de Granada, Javier Martínez, que ostenta el dudoso honor de haber sido el primer obispo que se sienta en un banquillo por injurias y calumnias hacia un sacerdote de su diócesis.

Y mi pregunta, a estas alturas, es la siguiente: ¿cómo una persona que nunca ha sentido amor hacia ninguna mujer, que nunca ha sentido el dolor de perder a un hijo, que nunca tendrá la capacidad de sentir, querer, o amar como ellas, puede sentirse legitimado para acusar de asesina a una persona que pasa por esta experiencia tan terrible de perder a una criatura en la que había puesto unas esperanzas de futuro?

Como los altos jerarcas de la Iglesia no sólo no lo van a cesar, sino que lo van a apoyar en sus declaraciones, sólo nos quedan las opciones que propone D. Ricardo en "A Sueldo de Moscú" para ejercer toda la presión que podamos:
Fotografía: Grupo de Facebook: "Que la justicia actúe contra el Arzobispo de Granada"

lunes, 4 de enero de 2010

Codex Templi: muchas pretensiones, pocas respuestas


"Codex Templi. Los misterios templarios a la luz de la Historia y de la Tradición" es un libro bastante irregular. Y lo es porque la calidad de algunos textos no la encontramos en otros. Nos encontramos con capítulos entretenidos y magníficamente estructurados y escritos y que forman parte de los hechos probados más importantes en torno a la Orden del Temple. Sin embargo, otros no hacen más que teorizar y desgranar hipótesis (algunas de ellas muy traídas por los pelos) en relación a temas marginales que pudieron haber ocurrido...o no.

Un ejemplo de los primeros es el capítulo llamado "Apogeo y decadencia, arresto y juicio de la Orden del Temple", de José Carlos Sánchez Montero. En él se van desgranando las causas del proceso abierto contra la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, un relato cronológico detallado de cuanto aconteció en aquellos siete infames años, para finalizar en la supuesta maldición que el último Maestre templario, Jacques de Molay, lanzó contra los instigadores de aquél proceso que acababa con su muerte en la hoguera, el Rey de Francia Felipe IV y el Papa Clemente V. Es cierto que hay otros capítulos bastante interesantes, como los que llevan por título "Templarios, los banqueros de la cristiandad", "La Sábana Santa y los templarios. De cómo llegó la Síndone a Occidente" (aunque este capítulo se mereciera estar en los del siguiente párrafo, se trata de un tema muy interesante que engancha desde el primer momento), "Los templarios y la secta de los Asesinos" o "Leyendas templarias" (escrito éste último, por cierto, por un buen amigo del que escribe, y que ya anda metido en nuevos proyectos, si cabe más interesantes aún que el que ahora nos ocupa).

Sin embargo, en el polo opuesto encontramos una multitud de capítulos (hay que dejar claro que no todos) en los que la temática iniciática se mezcla con una supuesta relación con la Orden del Temple, con suposiciones muy forzadas y poco consistentes basadas en las de otros autores que tampoco parecen saber argumentarlas de una forma muy sólida ("Los templarios y la tradición iniciática de los trovadores", "Templarios, jesuitas y masones", "Templarios y alquimistas", etc.).

Por supuesto que no todo es malo en este libro: al ser un proyecto tan ambicioso, abarca multitud de temas, siquiera de forma incidental, pero que pueden bastar para adquirir una base de conocimientos en torno a ellos. Así, por ejemplo, a lo largo de los capítulos el lector se podrá encontrar con valiosas y documentadas referencias en torno a la alquimia, la caballería medieval, el clima social del Medievo, y otros tantos temas con conexiones (mayores, en algunos casos, menores en otros) con la Orden del Templo de Salomón. Otro tanto a su favor, y que acabamos de mencionar someramente, es la gran documentación con la que han contado los autores (una lista bastante extensa de los libros y estudios monográficos que han utilizado la podemos encontrar en un anexo al final del libro).

En definitiva, un libro bastante pretencioso que cumple a medias con el objetivo que se marca desde un principio: ser la Enciclopedia de la "Templariología", esto es, de todo lo que rodeó a los Templarios antes, durante y después de su final.

sábado, 2 de enero de 2010

Propósito de enmienda

Como cada año que empieza, todos nos fijamos unos objetivos que rara vez hemos cumplido cuando llega el 31 de diciembre siguiente. Aún así, y para no perder lo que es una de las tradiciones navideñas por antonomasia (por delante incluso de llevar una prenda interior roja o beber champán o cava para brindar) hoy a día 1 de enero pretendo fijar los que para mí van a ser los objetivos del año 2010. Y con eso de que al dejarlos escritos ganan consistencia, si se me olvidan o no me apetece cumplirlos, sólo tendré que recordar esta entrada o borrarla, respectivamente.

Básicamente, los propósitos principales para el año 2010 dos: en primer lugar, conseguir que me despidan de una vez por todas de la empresa con más empleados de España. Y, en segundo lugar, seguir ejerciendo desde todos los sitios posibles y en las pocas oportunidades que se nos presentan a los ciudadanos de a pie lo que José Vidal-Beneyto califica como "resistencia crítica", y que el mismo autor explica en un artículo de 2008 en "El País":

"Hay que comenzar por ahí, por el análisis, la reflexión. Lo que no es fácil con la inesquivable tecnificación actual del pensar y el decir que con la storytelling y otros dispositivos orwellianos y con los juegos de vídeo nos condenan a la historieta y a la estampita.

Pero queda la resistencia crítica y en ella hay que situarse".

Otro de los propósitos para este nuevo año, si bien este tiene carácter secundario, es actualizar más asiduamente este blog. Como seguramente este sea uno de los que se quede en el tintero, es posible que el día 31 de diciembre de este año, si alguno se pasa por aquí esta frase ya no la vea.

En fin, que muchos éxitos profesionales, personales, económicos y espirituales y un próspero año 2010 a los que de vez en cuando os pasais por aquí, que no sois muchos pero sí los suficientes.