lunes, 16 de noviembre de 2009

El conductor del autobús es monárquico

Cuentan los que conocen al Rey Juan Carlos que en una ocasión, mientras se encontraba reunido en su despacho con Gabriel García Márquez entró el Príncipe Felipe sin llamar a la puerta, interrumpiéndolos. Ante lo que el Rey consideró una falta de educación, pidió al Príncipe que saliera, llamase y preguntara si podia entrar.

Salvando las distancias, el pasado jueves me tocó vivir de cerca una experiencia parecida. Había una persona (negra, para más señas) junto a su maleta esperando al autobús, y cuando por fin llegó y la puerta de atrás le quedaba más cerca, decidió subir por ella con la intención de dirigirse desde ahí a "picar" su billete. Pero el conductor, no contento con reprenderle por haber accedido al autobús por un lugar no habilitado para el acceso de pasajeros, obligó a este señor (negro, para más señas) a bajar con su maleta, y hacerle entrar por la puerta delantera.

Habiendo descartado la posibilidad de que "nuestro conductor de autobús" sea un racista de libro, sólo queda una opción: es un monárquico de manual, y por eso se esmera en aplicar en los usuarios del autobús la misma educación que el Rey Juan Carlos ha enseñado a su primogénito.

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