miércoles, 2 de julio de 2008

Un buen día

Vivimos en un país en el que se hacen muchas cosas mal día a día en el ámbito de la educación y la cultura. Sin embargo, siempre hay motivos para mantener la esperanza. Por ejemplo, el hecho de que en un lugar tan deshumanizado, concebido para ser una estancia de paso, como es un tren hoy alguien vaya leyendo a Federico García Lorca siempre es una razón para lanzar una media sonrisa y alegrarte, en primer lugar, por la persona que va leyendo los versos del poeta granadino, y a continuación, por todos los que le acompañan en el habitáculo, los cuales, en muchos casos, sabrán por primera vez de la existencia del autor de Poeta en Nueva York. En fin, es algo que puede arrancar una leve pero sincera sonrisa a alguien como el que escribe, que todavía sigue pensando que la rosa del Guernika (Lorca en este caso) finalmente florecerá en todo su esplendor frente a la podredumbre y la devastanción que la rodea (Dan Browns y autores apocalípticos y pseudohistoriadores de medio pelo).

Y como las desgracias nunca vienen solas, pero las buenas noticias tampoco hoy ha sido liberada Ingrid Betancourt, ex-candidata a la presidencia de Colombia. Sin duda, constituye un paso adelante para la paz en un país tan necesitado de ella (tanto o más que el nuestro). Llevaba seis años secuestrada por la guerrilla de las FARC, algo insólito si se compara por el terrorismo despreciable que nosotros conocemos. A partir de hoy, ella también trabajará para que se pueda poner fin a esta lacra que tantas personas está expulsando de la tierra que aman.

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